REPASO HISTÓRICO DEL GRITO DE INDEPENDENCIA

Publicado el 14 Septiembre 2021
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• Nueva sesión del Seminario México-Tenochtitlan. Siete Siglos de Historia, coordinado por la Secretaría de Educación, Ciencia, Tecnología e Innovación (SECTEI)

El doctor Carlos Herrejón Peredo, del Colegio de Michoacán, disertó hoy en el Seminario México-Tenochtitlan. Siete Siglos de Historia, sobre el Grito de Dolores con un recuento histórico de las distintas versiones en torno a las proclamas originales y las que incluso se registraron con un cariz contradictorio. El primer registro al respecto, recordó, fue en 1812, a cargo de Rayón.

En la sesión semanal del encuentro, la subsecretaria de Ciencia, Tecnología e Innovación de la SECTEI, la doctora Ofelia Angulo Guerrero, también moderadora, recordó que en Los Sentimientos de la Nación, Morelos y Pavón señala que el 16 de septiembre habría de conmemorarse el inicio del movimiento, y rendirse homenaje a los héroes nacionales. En 1825, Guadalupe Victoria, primer presidente de México, determinó esa fecha como en la que se conmemoraría la Independencia de nuestra nación, añadió. En la conferencia titulada “El Grito de Dolores”, Herrejón Peredo relató a partir de testimonios recogidos en sus investigaciones lo que ocurrió en torno a ese suceso histórico.

El cura Miguel Hidalgo y Costilla tuvo tres intervenciones verbales importantes en torno al movimiento aquel día de la proclama. La primera, a raíz de que tomó la decisión de iniciar la movilización antes que Ignacio Allende, principal personaje de la conspiración de Querétaro, pero que, al saberse descubierta la conjura, estuvo indeciso si huir a Estados Unidos o quedarse. Fue así que Hidalgo empezó a tomar las principales decisiones que en un inicio debieron asumir él, Ignacio Allende y Juan Aldama. Pero también se registraron grandes diferencias entre los tres, principalmente el cura, por un lado, y los otros dos, por el otro.

En esa primera intervención, Hidalgo se hizo acompañar de sus alfareros quienes ya estaban apalabrados tiempo atrás, y otros más. Desde la ventana de su casa, hizo una pequeña arenga, de la que escribiría muchos años después Pedro José Sotelo, quien cumplía muchas de las encomiendas de Hidalgo. La segunda fue en la entrada de la parroquia de Dolores, que propiamente es el Grito, y que debió ocurrir alrededor de las seis de la mañana.

Hacia media mañana, continuó el profesor-investigador del Centro de Estudios de las Tradiciones del Colegio de Michoacán, el cura convocó en Dolores. Ahí estuvo Mariano Abasolo, y fue ahí donde les informó sobre el sentido y objetivos del movimiento. La versión principal fue la de Juan Aldama porque este insurgente estuvo presente y escribió el Grito auténtico. Preso, meses después de haber iniciado el movimiento independentista, declaró sobre el tema, pero su testimonio se conoció hasta el último tercio del siglo XIX, y la publicación completa del proceso se hizo en 1910.

Un extracto de la versión de Aldama sobre las palabras de Hidalgo el día del Grito fue: “... los exhortaba a que se uniesen con él y le ayudasen a defender el reino porque querían entregarlo a los franceses. También que ya se había acabado la opresión, que ya no había más tributos; que los que se alistasen con caballo y armas se les pagaría un real diario, y a los de a pie, cuatro reales; el mensaje se hizo en tercera persona”, precisó el historiador. Todas las demás versiones se han acomodado de distintas maneras. Pedro José Sotelo consignó el hecho en los años 70 del siglo XIX, pero ya estaba sujeto a las circunstancias y tenía más de 80 años. Además, no estuvo presente en la intervención verbal en la que sí estuvo Aldama.

La versión de la tercera intervención verbal, en la que Herrejón citó a Mariano Abasolo, se considera entre las más fidedignas, pues sus autores fueron testigos presenciales y las escribieron tiempo después. De las otras versiones y en las que se menciona a Fernando VII, sostuvo, tuvieron su origen en las inscripciones de varias banderas, en proclamas anónimas que circularon desde los primeros meses de la insurgencia. Las únicas arengas que reconoció Hidalgo fue la contestación que dio al fiscal de la Inquisición, cuando lo llamó a comparecer. Otra fue la que reveló en Zamora, Michoacán, dirigida a los mexicanos que militaban en las filas realistas. “Un fraile, enemigo de la insurgencia, Diego Miguel Bringas, pronunció un sermón donde adjudicaba diversas proclamas a Miguel Hidalgo. Años más tarde, el texto fue usado por un periodista anti insurgente llamado Fermín de Reygadas, en un diario semanal titulado El Aristarco, argumentando que Hidalgo se valía de la religión para manipular a la gente”.

Al respecto, señaló que Bringas fusionó distintas proclamas anónimas en una sola: “Americanos oprimidos. Llegó ya el suspirado día de salir del cautiverio y romper las duras cadenas con que nos hacían gemir los gachupines. La España se ha perdido. Los gachupines, por aquel odio con que nos aborrecen, han determinado degollar inhumanamente a los criollos, entregar este floridísimo reino a los franceses e introducir en él las herejías. La religión santa que profesamos nos pide a gritos que sacrifiquemos la vida, antes que ver manchada su pureza. ¡Viva la América! ¡Viva Fernando VII! ¡Viva la religión y mueran los gachupines!”.

Lo que no se toma en cuenta, detalló Herrejón, es que no se trata del testimonio de alguien que estuvo presencialmente, sino de frases anónimas. Hidalgo sí quería la Independencia absoluta, algo que demostró a lo largo de su campaña, resumió.