PROPONEN ACCIONES PARA MANTENER AL RÍO MAGADALENA

Publicado el 21 Septiembre 2021
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• El proyecto, auspiciado por la Secretaría de Educación, Ciencia, Tecnología e Innovación (SECTEI), está a cargo de la doctora Lucía Oralia Almeida Leñero, bióloga y académica de la Facultad de Ciencias (FC) de la UNAM

Para que la Ciudad de México continúe beneficiándose de servicios ambientales fundamentales como los de la cuenca del Río Magdalena se requiere mantener con salud adecuada a este ecosistema. Para ello, un proyecto científico cerca de concluir afina una estrategia de gestión integral con más de 20 acciones a realizar.

Se trata de una serie de tareas diseñadas a partir del resultado del análisis de mediciones cuantitativas y cualitativas realizadas en sitios específicos en el suelo de conservación de la Ciudad de México, así como de la implementación de aspectos teóricos conceptuales en este sistema que presenta problemáticas ecológicas y de fragilidad hídrica.

La estrategia está compuesta por ejes, metas, objetivos y 23 líneas de acción. Cada una tiene a su vez objetivos, así como los instrumentos jurídicos aplicables y las instituciones que pueden tener responsabilidades para cumplir con los fines trazados.

“Lo que se busca es lograr una sinergia, un trabajo armónico, sin imponer nada a las personas e instituciones involucradas”, indicó la responsable del proyecto “Estrategia para la gestión integral de cuencas en la Ciudad de México mediante la valoración socio-económica de servicios ambientales hidrológicos y su distribución espacial: Estudio de caso cuenca del río Magdalena”, la doctora Lucía Oralia Almeida Leñero, bióloga y académica de la Facultad de Ciencias (FC) de la UNAM.

La investigación, auspiciada por la Secretaría de Educación, Ciencia, Tecnología e Innovación de la Ciudad de México (SECTEI), priorizó una visión de cuenca que reconoce la importancia de factores clave como suelo y agua, además del componente social. Se realizaron análisis biofísicos a través de monitoreos socio-participativos integrados a una capacitación colectiva; se hizo un diagnóstico cultural ambiental con entrevistas con actores, se implementaron grupos focales específicos, y se estudió la política pública ambiental existente. Con los datos obtenidos, el grupo de investigación armó una estrategia tendiente a una adecuada gestión de la cuenca del Río Magdalena. “Con este interés se planteó la necesidad de desarrollar un sistema integral de gestión que permita la conservación del área y que ayude a mejorar la distribución del agua dentro de la ciudad. Ha sido necesario comprender las complejas interrelaciones y dependencias entre los componentes biofísicos, socioeconómicos e institucionales, factores esenciales en el funcionamiento de una ciudad”, explicó Almeida Leñero.

La doctora Julieta Jujnovsky Orlandini, del Departamento de Ecología y Recursos Naturales de la FC-UNAM, destacó que entre los actores representativos que colaboraron se encuentran comuneros, comerciantes y avecindados, así como instituciones de gobierno, asociaciones civiles e iniciativa privada en un trabajo en el que además apoyaron estudiantes y académicos. Para el análisis, la cuenca se dividió en tres partes: la zona alta (de conservación), donde nace el río, en Cieneguillas, hasta el cuarto dinamo; el área media (de recreación), del cuarto al primer dinamo; y la baja (urbana), del primer dinamo a la presa Anzaldo, donde termina el área de valor ambiental.

Cada una presenta diferentes problemas. Así, en la zona alta, por ejemplo, se ha identificado una plaga de muérdago o la ausencia de un buen manejo forestal; en la media, la problemática tiene relación con la basura, incluso la que generan actividades como la santería; tampoco están correctamente reguladas las actividades recreativas y culturales. Mientras que en la baja están más enfocados a descargas residuales regulares o irregulares.

Es así como las líneas de acción van en el sentido de ofrecer soluciones, incluso varias de ellas de implementación inmediata por el nivel de deterioro en varios sitios.

Entre las tareas que se proponen figuran: 1) Generar planes integrales de recolección y manejo de residuos sólidos urbanos adecuados para cada zona de la Cuenca; 2) Promover la zonificación de la cuenca según su vocación; 3) Coadyuvar a la resolución de conflictos internos; 4) Generar múltiples estrategias de comunicación y educación ambiental para los usuarios de la cuenca; 5) Fomentar la participación de los diferentes actores en la toma de decisiones.

“Llevamos muchos años de trabajo. Para nosotros fueron muy importantes los ejercicios de priorización, que los mismos actores clave dijeran cuáles de los problemas les importan más, porque no es lo mismo la visión de una institución que la de un comerciante o un comunero”, expuso Jujnovsky.

Un caso es la deforestación, pues las instituciones consideran que lo están haciendo muy bien; los comuneros piensan que lo hecho por las autoridades es incorrecto, y los académicos se encuentran a la mitad, y es en ese punto, consideró la doctora Lucía Almeida, que las partes tienen que integrar sus visiones y llegar a acuerdos.

La estrategia de gestión integral busca conservar el río/recurso hídrico y mantener la cuenca en condiciones óptimas.

Para el grupo de investigación sería idóneo que todos los actores siguieran la estrategia y así generar sinergia. El siguiente paso para dar continuidad a esta primera etapa del proyecto apoyado por la SECTEI, es la validación de las acciones por los actores y las instituciones.

En la parte final se ofrecen recomendaciones para la implementación con actividades a priorizar, los sitios en los que se debe actuar; mapas en los que se define la provisión de servicios ambientales y que requieren de intervención. También ofrecen una guía para la evaluación de los resultados de la estrategia, así como una propuesta de indicadores a futuro a mediano y largo plazos, y saber si funciona o no.