LOS JUEGOS DE PELOTA EN MESOAMÉRICA Y SU PRESENCIA EN EL TIEMPO

Publicado el 21 Julio 2021
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• Hay que hacer llamado a las autoridades para preservar este legado, externaron los expertos en el Seminario México Tenochtitlán. Siete Siglos de Historia, organizado por la Secretaría de Educación, Ciencia, Tecnología e Innovación (SECTEI)

En una nueva sesión del Seminario México Tenochtitlán. Siete Siglos de Historia, los especialistas hablaron en torno a la lucha de los juegos y deportes prehispánicos por la supervivencia a lo largo del tiempo, a la participación de las mujeres en estas actividades y a la condición que tuvieron el pasado como entrenamiento militar.

El foro, organizado por la Secretaría de Educación, Ciencia, Tecnología e Innovación (SECTEI), esta ocasión se llamó “Juegos y deportes prehispánicos”. Participaron la maestra Consuelo Solís Hernández de la Asociación de Juegos Deportivos Autóctonos y Tradicionales de la Ciudad de México (AJDAT-CDMX) y la maestra Ana Claudia Collado García, de la Federación Mexicana de Juegos Autóctonos y Tradicionales, A.C.

También, el maestro Juan Mario Pérez Martínez, del Programa Universitario de Estudios de la Diversidad Cultural y la Interculturalidad de la UNAM; y el profesor Erick de Gortari Krauss, del Colegio de Ciencias y Humanidades (CCH). Fue moderado por el maestro Uladimir Valdez Pereznuñez, subsecretario de Educación de la SECTEI.

En su intervención, el maestro Pérez Martínez, actual secretario técnico del Programa Universitario referido, reconoció el esfuerzo de la SECTEI, a través de su titular, la doctora Rosaura Ruiz Gutiérrez, por impulsar la reflexión de estos temas conmemorativos.

El juego de pelota se mantiene como una característica de esa práctica prehispánica en nuestros días. "Me refiero a las canchas que hay en todo lo que fue Mesoamérica. Las más representativas son, por ejemplo, la de Chichen-Itzá, la más grande; las de Montealbán y la de Tajín, entre otras. Con estudios en Historia por la Escuela Nacional de Antropología e Historia (ENAH), Pérez Martínez reveló que la práctica se remonta a más de tres mil 500 años. Pensemos en un desarrollo cultural intrínseco para los juegos de pelota, donde los espacios físicos son posteriores al origen, añadió.

El también experto en estos estudios, especialmente en Oaxaca y Puebla, explicó que, en el ámbito de deidades y ritos, la mujer está presente, aunque las menciones de cronistas son muy pocas.

Resulta oportuno resaltar el impulso y apoyo de la Benemérita Universidad de Puebla, a las quintas de mujeres en el juego de pelota mixteco. Debemos entender a las sociedades a partir de cómo juegan sus mujeres, hombres y niños.

Colaborador en los Juegos Mundiales de los Pueblos Indígenas realizados en Palmas, Brasil, en 2015, invitó a acercarse, aprender y practicarlos. “Hay que hacer llamados con cierta frecuencia a las autoridades para el impulso de estos deportes, pero también a que se protejan y se encuentren contemplados en la legislación con el correspondiente apoyo presupuestal”. Conductor y productor de programas radiofónicos sobre juegos de pelota y deportes tradicionales desde 2010, Juan Mario Pérez destacó que antropológicamente es como si dos grupos de guerreros se disputaran una presa que es la pelota; los observadores de esa cacería son los aficionados. Los juegos, abundó, constituyeron formas de organización que se han mantenido como manifestaciones culturales.

La maestra Consuelo Solís Hernández, presidenta de la Asociación de Juegos y Deportes Autóctonos y Tradicionales de la Ciudad de México (AJDAT), explicó que, en la sociedad mexica, niños y jóvenes fueron eran involucrados en la enseñanza y en la educación en el telpochcalli y calmécac, donde recibían información y adiestramiento en prácticas físicas y musicales.

Solís Hernández señaló que la mujer, desde niña, se hallaba integrada en la formación deportiva y musical de la época prehispánica. “Este adiestramiento surgió a partir de Moctezuma, quinto tlatoani mexica que gobernó de 1440 a 1469, e incorporó la educación corporal y la pre militar, que incluían juegos y deportes obligatorios para alumnos, en los que las mujeres participaban abiertamente”.

Ana Claudia Collado García, presidenta de la Federación de Juegos y Deportes Autóctonos y Tradicionales A.C, habló de que esas prácticas hoy siguen presentes y abarcan dos periodos: la etapa prehispánica con reminiscencias mesoamericanas, y la post colonial. Son actividades que tuvieron una gran presencia en las culturas olmeca, zapoteca y azteca, entre otras.

El juego de pelota -detalló-, se mantuvo para darle orden estatal y legitimar a las élites políticas; se usaron con fines recreativos, sociales, culturales, económicos e incluso tuvieron importancia cósmica. De los que hoy se practican se encuentran: el juego de pelota Ulama (Sinaloa), modalidad que se juega con la cadera y que ha sido muy referida por los cronistas del siglo XVI; el mixteco en Puebla, Guerrero y Oaxaca, donde se haya una cancha y una lápida tallada en Dainzú, en el Valle de Tlacolula.

También, la pelota purépecha (en Colima y Michoacán) con evidencia de más de tres mil 500 años, y que en la actualidad se practica de manera comunitaria y deportiva.

Otro es la carrera de bola rarámuri, en Chihuahua. Exclusivo de hombres, corresponde al pueblo tarahumara que no fue colonizado, asentó la ganadora del Premio Nacional a la Mujer en el Deporte 2007, quien agregó que el juego de la ariweta corresponde a las mujeres y se usa en un contexto ritual.

La pelota a mano o pelota dura (Zacatecas), se ha destacado por ser de una comunidad que juega con elementos mesoamericanos, principalmente en el conteo. Se ha popularizado en las culturas occidentales y contiene aspectos asociados, por ejemplo, a la pelota vasca.

La presidenta de la FMJAT detalló que, de acuerdo con investigaciones, la participación de las mujeres se restringía a un papel de acompañamiento o de espectadoras. De ello dan cuenta gran cantidad de figurillas en Michoacán, en la huasteca potosina y en la cultura teotihuacana.

Con lo que respecta a los juegos autóctonos, explicó que son aquellos que se desarrollan en diversos ámbitos culturales y cumplen funciones recreativas, comunitarias y sociales, y representan una carga identitaria para los jugadores.

Estos deportes, agregó, como ocurre en muchas culturas, han venido desarrollándose desde una élite militar hasta lograr una socialización, como la arquería.

Al respecto, puso de relieve la importancia de hacer un llamado a los gobiernos y sociedad en general para que estas prácticas no se pierdan. La Ley de Cultura Física y Deporte reconoce a los juegos y deportes autóctonos y tradicionales junto con la charrería como patrimonio deportivo y cultural.

Erick de Gortari Krauss, profesor del Colegio de Ciencias y Humanidades plantel Sur, apuntó que todas las manifestaciones humanas están cargadas de símbolos (y rituales) relacionados con aspectos religiosos; existen en todas las actividades de la vida, y tienen una finalidad determinada: construyen o restablecen un orden determinado.

Estas actividades tienen que ver con el sentido, el devenir de la transformación de los astros, de la lucha entre el bien y el mal y de la noche y el día.

Erick de Gortari Krauss expuso que en lo que se refiere a la presencia de la mujer en las actividades deportivas tradicionales, Ana Claudia Collado y Consuelo Solís, desde hace 20 años integraron un equipo de mujeres de pelota purépecha.

En su mensaje de bienvenida, el maestro Valdez Pereznuñez, subsecretario de la SECTEI, agradeció la presencia y participación de los ponentes, y aseguró que lo tratado en el foro fue decisivo para entender que los juegos y deportes prehispánicos son parte de nuestra historia, pues ambos han logrado preservarse mediante una práctica de memoria generacional.