EDUCAR PARA QUE NO HAYA VIOLENCIA: ROSAURA RUIZ

Publicado el 27 Mayo 2019
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Ciudad de México, a 27 de mayo de 2019
BOLETÍN 045/2019


  • La secretaria de Educación, Ciencia, Tecnología e Innovación, Rosaura Ruiz Gutiérrez, acudió a la Secundaria Técnica 86 en la alcaldía Venustiano Carranza para charlar con alumnos en las jornadas Lunes por la Educación para la Paz

  • Tenemos que educar para erradicar la violencia en la sociedad, que cada vez más todos respetemos las normas que nos hemos dado y así podamos tener una convivencia pacífica, planteó la doctora Rosaura Ruiz Gutiérrez.


En el marco de las jornadas Lunes por la Educación para la Paz, la titular de SECTEI dialogó con alumnos de la secundaria técnica 86, ubicada en la alcaldía Venustiano Carranza, en la frontera con el Estado de México.

No se pueden resolver los problemas con violencia, sino por la vía de los acuerdos, convocó.

Por ejemplo, hay violencia en las casas, en la calle y en la escuela, conocida como bullying. ¿Cómo podemos contribuir a cambiar la violencia desde la escuela?, preguntó a los estudiantes. Y respondió: “llamando la atención sobre ello”. Seguramente a ustedes les molesta que haya violencia en sus casas. ¿Cómo evitarlo? En primer lugar, tenemos que cambiar nosotros, algo que implica que uno no sea violento y respete a los demás.

Un elemento que provoca violencia es la discriminación, argumentó. Tenemos que analizar, y ustedes lo pueden hacer con sus maestros y en grupo y discutir si hay alguien que molesta a otros. Tenemos que acabar con la violencia que hay en las escuelas, instó.

‘’Todos necesitamos contribuir a tener una mejor ciudad, tranquila. Eso es lo que quiere decir educar para la paz. Significa aprender a convivir y compartir con el reconocimiento de que somos seres sociales a diferencia de otros animales. Necesitamos vivir en sociedad y todos requerimos de todos. Y para una convivencia en armonía requerimos de determinadas normas”.

En la historia de la humanidad eso ha ocurrido, evocó. Nos hemos dado normas para vivir juntos. Desde hace millones de años cuando se empezó a desarrollar la especie homo sapiens en África, la población se dispersó en tribus que llegaron a acuerdos para no resolver los problemas con peleas como lo hacen otros animales.

Entonces, decidimos darnos normas para que el más fuerte no impusiera su voluntad. No podemos robar, matar o golpear y eso quiere decir educar para la paz.

En México, añadió, vivimos en una democracia que nos permite opinar y tomar decisiones en conjunto, aunque en ese sistema gana la mayoría. Por ello, hay que discutir, llegar a acuerdos y esa mayoría es la que decide.

Como seres humanos, explicó, tenemos una herencia animal, un instinto de agresión que es normal, de defensa, pero también tenemos instintos de amor y solidaridad y esos son los que debemos reivindicar y promover, las actitudes de compañerismo, de ayudar al otro, y rechazar los que tienen que ver con la violencia, indicó.

La doctora Ruiz Gutiérrez hizo una remembranza de La Ilíada de Homero. Una guerra entre Troya y Grecia por un rapto o enamoramiento, según la versión que se lea, dijo. De esa narración muchos psicólogos han reinterpretado el mito de Casandra, esa posibilidad de que uno pueda prever lo que va a ocurrir y decir: puede pasar esto y que no le crean.

Casandra -continuó-, sabía que le podían pasar cosas si hacía algo, pero no se detenía. Por eso los psicólogos le han dado el nombre a ese comportamiento de complejo o síndrome de Casandra, a esa actitud que tenemos los humanos de saber que algo que hacemos puede tener consecuencias graves para nosotros mismos, y a pesar de saber que algo nos va a hacer daño, lo hacemos.

“Los humanos actuamos así y sabemos, como Casandra, que algo puede provocar daño y lo hacemos. Por ejemplo, señalamos: voy a hacer algo y sé que me van a regañar; sabemos que si golpeamos a alguien, éste nos va a golpear más fuerte o nos van a reportar y o nos van a castigar; sabemos que si no estudiamos nos va a ir mal en el examen”.

En consecuencia, la reflexión es que piensen y razonen. Así como descendemos de animales, una herencia muy importante, también tenemos el cerebro más desarrollado de todas las especies del planeta que nos permite razonar, pensar y entender si hacemos daño o no.

La doctora Ruiz también citó los estudios de la filósofa judía Hannah Arendt, quien asistió al juicio que se hizo a uno de los asesinos nazis, Eichmann, y se dio cuenta que él declaró que sólo obedecía órdenes al matar a miles porque se lo ordenaron. Arendt dijo que Eichmann no podía decir eso y lo llamó la banalización del mal. La filósofa concluyó que no tenemos el derecho a no pensar.

Tenemos que decidir lo que está bien y lo que está mal, lo que se llama ética y ésta no quiere decir que tenemos que hacer lo que nos dicen, sino que tenemos la capacidad de decidir y ser responsables de nuestros actos. No se puede decir: “es que me tomé una cerveza”, cuando no me corresponde a esta edad, simplemente porque “mis amigos me dijeron”.

Tienen que decidir y pensar en las consecuencias de los actos y ver si pegarle a alguien más débil es correcto, o si lo es juntándome con amigos para molestar a una compañera. Ustedes saben el daño que pueden provocar al colocar una foto de alguien que le lastimará.

En la sesión de preguntas, uno de los estudiantes llamó manipulación al que un grupo influya sobre alguien. Una alumna cuestionó las costumbres impuestas a las mujeres para ser de cierta forma y a los hombres de otra.

Otro más se refirió a que, en efecto, “tenemos que usar el cerebro” para ver las consecuencias de lo que hacemos. Uno más cuestionó que lo legal no siempre es lo correcto, respecto al aborto. Una expuso que si las mujeres “no se sienten listas” para el embarazo “no hay que hacer cosas que no se deben hacer”. Y un compañero expresó que es mejor que si alguien decide abortar lo haga en un hospital.

La doctora Ruiz Gutiérrez dijo que cualquier circunstancia de violencia tiene que discutirse, pero lo importante es no banalizar el mal. Por ejemplo, no pongamos apodos o discriminemos a alguien porque es moreno o tiene rasgos indígenas, pues es un absurdo. Recuerden, les dijo, que todos somos iguales.

Así como en el pasado no había una cultura por el respeto al medio ambiente y hoy sí existe, así se puede cambiar para que haya una cultura en contra de la violencia. ¿Cómo? A través del convencimiento, entender que queremos una cultura de respeto y de no discriminación.

Respecto a los embarazos no deseados, la titular de SECTEI manifestó que tenemos que promover actos responsables. Hay edades para todo y tenemos que ser muy cuidadosos, los convocó. Lo más importante es la prevención y la reflexión.


Más información:

Lic. Renato Dávalos López

Tel: 55121012 ext. 504

Lic. Jazmín Hernández Álvarez

Tel: 55121012 ext. 501

Secretaría de Educación, Ciencia, Tecnología e Innovación de la Ciudad de México.

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