AVANZA INVESTIGACIÓN QUE BUSCA EVITAR LA PROGRESIÓN DEL DAÑO RENAL EN LA ENFERMEDAD POLIQUÍSTICA

Publicado el 27 Junio 2021
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• A la fecha, los fármacos utilizados en el tratamiento de este padecimiento tienen una eficacia limitada; por ello, se trabaja en otras líneas de investigación, dijo la doctora en ciencias biomédicas Tamara Rosenbaum Emir, del Instituto de Fisiología Celular (IFC) de la UNAM, autora del estudio auspiciado por la Secretaría de Educación, Ciencia, Tecnología e Innovación (SECTEI)

La Enfermedad Poliquística Renal (PKD) es genéticamente transmisible y una de las causas de insuficiencia renal que no presenta síntomas hasta que se encuentra en etapas avanzadas y la función renal está comprometida. La doctora en ciencias biomédicas Tamara Rosenbaum Emir, del Instituto de Fisiología Celular (IFC) de la UNAM, explicó que los canales iónicos son proteínas que se hallan en las membranas de las células (las que le dan forman y separan el interior del exterior), y que al insertarse en ellas permiten (como un canal) el paso de ciertas moléculas (iones) al interior de la célula.

En su laboratorio se estudian los mecanismos moleculares de la activación y la regulación de los canales TRP (receptores al potencial transitorio), una familia integrada por más de 20 miembros que funcionan no sólo como sensores intrínsecos del ambiente celular, sino del organismo. Rosenbaum desarrolla el análisis -auspiciado por la Secretaría de Educación, Ciencia, Tecnología e Innovación (SECTEI)-, con otros investigadores del IFC (Sara Morales y Francisco Torres), la Facultad de Medicina (León Islas) y el Instituto de Ciencias Médicas y Nutrición Salvador Zubirán (Luis Eduardo Morales, Bernardo Gabilondo, Teresa Tusié y Yayoi Segura).

Se trata de determinar si el canal TRPV4 puede ser un potencial blanco terapéutico para evitar la progresión del daño renal en el padecimiento referido.

“Estudiamos la primera fase de este proyecto que permite detectar, por ejemplo, cambios en la temperatura, si nos quemamos o enfriamos demasiado. Este receptor es muy ubicuo: está en riñón, en piel y en pulmones y se ha relacionado con el daño que ocurre cuando hay intubación”. Entre los resultados, figura el artículo "La activación del canal TRPV4 en células epiteliales por la molécula lisofosfatidilcolina, la generación de cascadas de señalización por la entrada de iones calcio a la célula por medio del TRPV4 y la activación de neuronas sensoriales cercanas a la piel subyacen a la picazón presente en pacientes con enfermedad biliar primaria", publicado en la revista Gastroenterology, en abril pasado, y en la gaceta de Medicina de la Universidad de Duke.

La aportación de la investigadora mexicana al trabajo publicado, en el que participaron expertos polacos y alemanes, así como de la Universidad Wake Forest, fue demostrar que existen ciertas moléculas que regulan el canal TRPV4; es una de las cuatro propietarias de la patente internacional y la nacional en curso.

Estas mismas moléculas también están presentes en enfermedades inflamatorias (angina de pecho), de circulación sanguínea (arteriosclerosis). En la PKD, hay mutaciones heredables que provocan el crecimiento de quistes en el riñón que incluso hacen que adquiera un tamaño mayor y deje de funcionar; en consecuencia, el paciente tiene como únicas opciones la diálisis o el trasplante.

Las moléculas analizadas son la lisofosfatidilcolina y uno de sus derivados que se producen en exceso en este tipo de padecimientos, y también en la colangitis biliar primaria, una enfermedad en la que la vía biliar se obstruye, genera inflamación y suprime diversas funciones con varias consecuencias.

Entre ellas, el paciente adquiere una coloración amarilla y desarrolla un reflejo de comezón en un nivel extremadamente patógeno, al grado que la calidad de vida es casi nula, y hace que requiera trasplante de hígado o de las vías enfermas.

Estos lípidos activan al TRPV4 a través de una interacción directa. Funcionan como una llave y una cerradura: la proteína es la cerradura y la llave una de estas sustancias que se pegan al canal y lo abren de tal forma que dejan pasar iones de calcio desencadenando, así como una serie de procesos como la secreción de microRNA, moléculas que pueden regular la expresión génica, o bien, para el caso de la colangitis biliar primaria, interactuar con otro tipo de canales en las neuronas que están cerca de la piel; la información llega al cerebro y ocurre el reflejo de la comezón.

Lo anterior permite plantear a este canal iónico como blanco terapéutico al que se puede sensibilizar o desensibilizar para hacer que ya no responda ante los estímulos con algún químico o bloquear la vía del microRNA para controlar la comezón.

En cuanto al riñón, la investigadora avanza en la segunda fase tras probar que, efectivamente, el canal responde ante estas moléculas que pueden estar elevadas en pacientes con el padecimiento. Se trata de identificar si hay mutaciones del canal en pacientes con rápida o lenta progresión y definir si es un posible blanco terapéutico. Ya se cuentan con datos preliminares que requieren consolidarse a través de muestras humanas que se recolectan en raspados bucales en personas que presentan esta condición de salud.

Al tratarse de una investigación transversal se prevé el uso de métodos como la mutagénesis dirigida, el cultivo celular y la electrofisiología. Tratamos de entender si hay una correlación entre las mutaciones del canal. La progresión de la enfermedad ayudará a saber si lo que permite que no crezcan los quistes es la activación o cierre el canal; también, servirá para plantear una estrategia que ayude a encontrar un principio activo.

Se prevé que el conocimiento sirva para desarrollar una farmacología que contribuya a resolver padecimientos derivados de mutaciones o malas copias del receptor o por una producción excesiva de compuestos que modulan la actividad de canales iónicos en riñón piel, hígado, riñón, ovarios. Por ejemplo, en la misma PKD los pacientes pueden desarrollar quistes en hígado, páncreas, vesículas seminales, membranas aracnoides, así como anormalidades vasculares, incluidas aneurismas intracraneales, dilatación de la raíz aórtica, disección de la aorta torácica, prolapso de la válvula mitral y hernias en la pared abdominal.

Es relevante que la gente sepa que los fármacos y los medicamentos son productos que proporcionan ventajas para la vida de las personas, y que toma años e incluso décadas de estudio, como el ibuprofeno o los parches y cremas de capsaicina para aliviar el dolor, o las medicinas que regulan la epilepsia, modifican el número de ataques, o los antiarrítmicos.