INICIÓ EL SEMINARIO MÉXICO-TENOCHTITLAN SIETE SIGLOS DE HISTORIA

Publicado el 18 Febrero 2021
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•En el marco de las conmemoraciones de este año, estas actividades que serán a lo largo del 2021, incluyeron hoy el conversatorio “Escrituras indígenas. Análisis de sus crónicas”

Con el auspicio de las secretarías de Gobierno; Educación, Ciencia, Tecnología e Innovación, y de Cultura de la Ciudad de México, hoy inició el “Seminario México-Tenochtitlan. Siete Siglos de Historia” con el conversatorio “Escrituras indígenas. Análisis de sus crónicas”.

Se trata de un foro que se extenderá a lo largo del año y que comprende una serie de conferencias y conversatorios, sobre un amplio abanico de temas en torno a las conmemoraciones de este año, que busca generar la reflexión y el interés comunitario en la historia de la ciudad.

En la ceremonia inaugural, la secretaria de Educación, Ciencia, Tecnología e Innovación (SECTEI), la doctora Rosaura Ruiz Gutiérrez, externó que es de gran importancia que este seminario permita una reflexión con los investigadores sobre las conmemoraciones.

En el conversatorio de hoy, intervinieron el doctor Guy Rozat Dupeyron, investigador emérito del INAH; y el doctor José Pantoja Reyes, investigador de la Escuela Nacional de Antropología e Historia (ENAH).

Nos importa mucho, dijo la doctora Ruiz Gutiérrez, que se promueva el conocimiento de la historia y que veamos que, como en ninguna ciencia, deja de haber controversias, explicaciones y enfoques diversos; revisemos el pasado y la historia de nuestra ciudad, instó.

En el foro, también estuvieron presentes la secretaria de Cultura, Vanessa Bohórquez López; el doctor Diego Prieto, director del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH); y el doctor Javier Garciadiego, director de la Academia Mexicana de la Historia.

De eso se trata el seminario, abundó la titular de la SECTEI, de que todo el año tengamos actividades, conferencias y conversatorios, que elaboremos materiales para los niños, niñas y jóvenes, para que haya un año dedicado a la historia de la ciudad en particular y del país en general, así como de nuestra relación con el resto de Latinoamérica, pues tenemos una historia común de muchos siglos.

Se trata de reflexionar en torno a qué pasó en la conquista, la caída de Tenochtitlan y la independencia de México; son etapas muy importantes que generan un gran interés no sólo en el país, sino en otras naciones, añadió.

En su participación, el doctor Prieto del INAH, refirió que este seminario, que se extenderá a lo largo del año con más de 20 sesiones, posibilitará que profundicemos en el conocimiento de la ciudad.

Nos permite abordar el debate de las fundaciones y las fechas respectivas. Las ciudades no se fundan de la noche a la mañana y están conformadas por varios hechos; no hay fechas únicas. En el caso de la ciudad, las crónicas y códices no son precisas. La historia no empieza con la fundación, pues hay vestigios previos, argumentó.

El doctor Garciadiego celebró que la SECTEI y la Red ECOs realicen estos seminarios, y adelantó que varios miembros de la Academia participarán en este foro. La historia no sólo ayuda a conocer el pasado, sino a comprender el presente.

En el conversatorio, el doctor Rozat Dupeyron, investigador emérito del INAH, compartió que desde joven sintió una fuerte atracción por conocer la cultura prehispánica.

Rozat Dupeyron insistió en que debemos repensar la conquista de México con la construcción de una nueva historiografía dedicada a su estudio. “Si queremos acabar con el racismo, la discriminación, y reconocer a un México pluricultural, tenemos que repensar la conquista”.

En su ponencia, el doctor Pantoja Reyes, investigador de la ENAH, explicó que, a pesar de los cambios profundos en el México durante los últimos cuarenta años, y de las transformaciones culturales que ha enfrentado la sociedad mexicana, el relato histórico nacional sobre la conquista y el pasado prehispánico continúa siendo el mismo, elaborado bajo la influencia del nacionalismo, una ideología promovida por el Estado post-revolucionario de la primera mitad del siglo XX.

Pantoja Reyes detalló que gracias a la rebelión y movilización indígena se han logrado reformas constitucionales, en las que, además de ratificar a México como un país multicultural, se reconocen derechos culturales de estas poblaciones. “Ambos procesos pusieron de relieve las insuficiencias del proyecto identitario basado en el nacionalismo que ponía en el centro al mestizaje”.

Con respecto a la escritura indígena, informó que el registro de las fuentes prehispánicas respectivas, los denominados códices por los españoles, es numéricamente insignificante. “A partir de ello difícilmente se puede reconstruir la historia y la cosmovisión prehispánica. Se utilizan para ejemplificar la interpretación sobre el pasado prehispánico que surge de los textos coloniales”.

El trabajo de Pantoja Reyes se centra en las crónicas indias del siglo XVI y XVII, específicamente, las de Fernando de Alvarado Tezozómoc. “Me interesaba estudiar cómo funcionaba el discurso de los vencidos”.

Derivado de lo anterior, se propuso investigar la manera en que operaba el discurso contenido en las crónicas, y entender bajo qué condiciones fueron escritas. “El análisis y la reconstrucción discursiva que he realizado abarca otras relaciones, códices, historias y crónicas escritas por autores de visión indígena. Este ejercicio de análisis y reflexión se condensan en mi libro: La colonización del pasado”, detalló.

Desde la perspectiva de los relatos y crónicas coloniales, tanto de hispanos como de indígenas, expuso hemos aprendido erróneamente que la conquista estaba predestinada. “Los indios sabían y aceptaban, desde tiempos remotos, que su civilización terminaría con la histórica. Mientras que consideremos como fuentes verdaderas aquellas que nos dan a conocer la conquista y la historia prehispánica como lo hace la práctica historiográfica dominante, seguiremos repitiendo el discurso racista sobre los indios”.

Repetir el manto discursivo que niega la singularización de la civilización prehispánica crea obstáculos culturales, algo que reduce la posibilidad de construir una cultura asentada en el reconocimiento de lo diverso, y de abrirnos paso a una reflexión sobre la alteridad histórica para nuestro país.